Nuevamente, tengo que agradecer a la organización de esta gran prueba, la confianza depositada en mi persona y aceptar su invitación para que un año más (y ya van 6!) pueda compartir con todos vosotros mediante este espacio diferentes aspectos relacionados con la preparación y el rendimiento en este tipo de pruebas.
Como siempre, trataré de hablar sobre aspectos que considero pueden ayudaros a tomar vuestras propias decisiones en vuestro camino hacia el éxito personal en esta y otras pruebas similares. Así mismo, agradecería enormemente vuestra participación y vuestras sugerencias sobre cualquier tema que consideréis que merezca la pena ser tratado.
Ha llovido mucho desde el año 2007, año en el que tuve la oportunidad de ayudar por primera vez a un corredor en su preparación para una prestigiosa ultratrail. Aquella supuso una verdadera oportunidad que me permitió indagar, empezar a explorar e ir aprendiendo algunos de los entresijos y características de este tipo de pruebas así como de su preparación.
No hay duda de que durante estos 9 años, hemos asistido a un crecimiento espectacular en el número de pruebas de montaña que se disputan a lo largo de nuestra geografía y que reúnen, diferentes distancias, dificultades técnicas y acumulación de desniveles entre otras características.
Algunas de estas pruebas han logrado la categoría de icónicas a nivel mundial y otras muchas están irrumpiendo con fuerza a pesar de lo joven que podríamos considerar esta especialidad
Incluso creo no equivocarme al calificar a este tipo de pruebas como adictivas, si reparamos en la cada vez mayor participación que se está alcanzando en muchas de ellas.
Durante estos años, una de las cuestiones que más a menudo se me han planteado por parte de aquellos deportistas que han sentido la curiosidad de adentrarse en esta disciplina, ha sido si realmente estaban lo suficientemente preparados para afrontar un reto de este nivel de exigencia.
Si trasladáramos este ejemplo a las pruebas de ruta, sería como cuando un atleta principiante consigue solventar y salir airoso de un buen número de pruebas de 10km (distancia más habitual) y de varios medio maratones, para paulatinamente ir adquiriendo experiencias y posteriormente se plantea la posibilidad de poder atreverse con su primer maratón, distancia “reina” hoy en día en el mundo de las carreras populares de larga distancia en todo el mundo.
No es lo más habitual que los corredores de asfalto se aventuren a correr maratones sin antes haber probado y haber pasado el examen de pruebas de menor distancia.
Digamos que esta progresión podríamos denominarla como “lógicamente” correcta.
Otro dato a tener en cuenta es que, pese a que en ruta, también existen pruebas de distancias superiores a un maratón como son los ultramaratones (100km, 100millas…) estas no parecen suscitar tanto interés entre los llamados corredores populares ni parece que el número de este tipo de pruebas vaya a experimentar un crecimiento a corto plazo.
Sin embargo, no parece que ocurra lo mismo si nos trasladamos del asfalto a las pruebas de montaña. Resulta llamativo el gran número de corredores que se plantean y finalmente se aventuran a participar en pruebas de ultradistancia que implican kilometrajes y duraciones más que significativas y que además pueden alcanzar niveles de dificultad y de dureza extremos.
No son pocos los corredores que directamente se atreven con una ultratrail sin haber adquirido previamente una a priori, imprescindible experiencia en pruebas de menor distancia y son bastantes los que prácticamente se estrenan en el mundo de las carreras de montaña con una ultratrail.
A pesar de ello, también hay muchos corredores que lógicamente dudan y se preguntan si están lo suficientemente preparados o si van a ser capaces de prepararse lo suficientemente como para poder afrontar un reto de este calibre.
Este escrito va principalmente destinado a ellos. A aquellas personas que sienten curiosidad, a aquellos a los que algo se les despierta en su interior cuando leen o escuchan a alguien contar sus experiencias en una de estas pruebas, a aquellos a los que necesitan buscar una válvula de escape de sus ocupaciones diarias y romper con una rutina monotóna y llena de estrés .
Creo que las personas sentimos un deseo innato de crear memorias que perduren, de tener experiencias que compartir y comprobar hasta donde podemos llegar.
Hasta no hace mucho, los maratones suponían esa barrera mítica que marcaban nuestros límites, pero ya han dejado de ser el gran objetivo.
Los corredores de ultratrail no son superhombres, tan solo son personas que sienten la curiosidad por saber que hay más allá y si serán capaces de llegar. La gran mayoría de ellos no siente una especial preocupación por saber cuánto tiempo necesitará para cubrir una distancia, el cronometro no es una herramienta indispensable y su mayor preocupación es” llegar”. Estos corredores saben de la importancia de otros aspectos clave como la nutrición e hidratación en carrera, la gestion del ritmo y de sus fuerzas, el conocimiento del material, de los elementos propios de estas pruebas, de los factores medio ambientales y meteorológicos y que además, tienen como su mayor aliado a la fortaleza mental.
Quizá como entrenador, el consejo que se debería esperar de mí y más aun dirigiéndome a un buen número de personas, es el de la precaución y la cautela. Os debería aconsejar que no os dejaseis llevar por vuestros impulsos e instintos. Un entrenador académicamente correcto os debería aconsejar que previamente probéis con distancias inferiores y que vayáis superando paso a paso y progresivamente distintos niveles hasta alcanzar la experiencia suficiente como para que finalmente os atreváis con una ultratrail.
Sin embargo, NO lo voy a hacer. La experiencia me hace aconsejaros lo contrario, o al menos un camino más directo, sin tantas curvas. Si es ahora cuando tenéis esa corazonada, si es ahora cuando experimentáis ese deseo o sentís esa curiosidad, no lo aplacéis!
Si disponéis de la salud necesaria y del tiempo de dedicación suficiente, poneos manos a la obra y a por ello! No lo dejéis para el año que viene, para cuando tengáis más experiencia o para cuando creáis estar seguros de que lo vais a conseguir. Quizá entonces no suponga un reto tan atractivo o no os llene de la misma manera. Quizá vuestra salud no sea la misma o vuestra vida inesperadamente os de la espalda.
Quizá simplemente, no haya un mañana…
Salud y a por ello!
Jon Aranburu